29 de noviembre de 2012

Música y desarrollo psicomotriz


La educación psicomotriz, que relaciona las funciones neuromotrices del organismo con sus funciones psíquicas, adquiere cada vez más importancia en la educación de los niños y niñas.
Ya en su época, Jacques Dalcroze señaló que la educación rítmica es completamente necesaria para la formación y equilibrio del sistema nervioso, lo que derivará en un correcto desarrollo psicomotriz. Esto es debido a que todo movimiento adaptado a un ritmo requiere un conjunto de actividades coordinadas.
Para plasmar la importancia y las posibilidades de la música en la adquisición del movimiento resumiré de forma muy breve cómo es la evolución en los primeros años del niño, indicando algunas actividades adecuadas a cada momento.

El progreso en los primeros años

Resumen de los eventos que se
suceden durante el desarrollo psicomotriz
Durante los primeros meses de vida los bebés reaccionan corporalmente ante estímulos sonoros y poco a poco aumenta su interés por los sonidos. Pasados los cuatro meses comienzan a explorar su cuerpo y su capacidad de movimiento, interactúan con los objetos que les rodean agarrándolos, golpeándolos, y evidentemente, escuchándolos.
El el segundo semestre de vida aumenta su capacidad motriz y por lo tanto, su capacidad para explorar el mundo. Son capaces de seguir e imitar diferentes ritmos musicales con sus movimientos y también de utilizar objetos como apoyo, lo que se afianza en el momento en que empiezan a andar de forma autónoma (usualmente a partir del año de vida).
A partir de los dis años, la capacidad para caminar y correr se afianza: suben, bajan, saltan... todas estos se pueden desarrollar a partir del seguimiento de canciones y las actividades motrices con apoyo sonoro.
En la segunda etapa de la educación infantil (entre los tres y los cinco años), la evolución cognitiva de los pequeños permite que estos sean capaces de aprender el texto de canciones completas, series de gestos, ritmos y bailes... y el aumento de su psicomotricidad fina, permite trabajar con instrumentos musicales convencionales (cuyo uso aumentará notablemente dicha capacidad psicomotriz).

Propuesta de actividades

Durante los primeros meses es muy recomendable cantar al niño y presentarle objetos sonoros que pueda seguir fácilmente con la mirada, las manos, los pies... A partir del momento en que el pequeño muestre un mayor interés por explorar sus capacidades motrices más profundamente podemos incorporar a nuestro cancionero melodías basadas en la imitación de gestos o realización de movimientos (saco una manita, muevo los pies, muevo la cabeza...) adecuadas al momento evolutivo en el que se encuentre el niño. Poco a poco, a medida que la psicomotricidad fina aumenta se pueden incorporar instrumentos musicales de pequeña percusión.
En el momento que los pequeños afiancen la capacidad de andar y correr son muy recomendables los juegos rítmicos en espacios amplios que les permitan moverse a la vez que ejercitan el oído, también se incorporarán danzas sencillas basados en estructuras simples y cuyos movimientos sean muy familiares (arriba, abajo, adelante, atrás, saltamos...), y se podrá acompañar el canto con ritmos tocados con instrumentos de pequeña percusión. Se podrán incluir también diversos aspectos de teoría musical como son parámetros de tiempo, intensidad, timbre, pausa o ritmo (caminar, correr, trotar).
Todas estas actividades serán acumulativas, es decir, se comenzarán a introducir poco a poco y no se abandonarán con el paso del tiempo, sino que se irá aumentando su complejidad según las posibilidades de los niños.